En medio de la creciente tensión entre Israel e Irán, el embajador de Estados Unidos en Tel Aviv, Mike Huckabee, lanzó un firme llamado al presidente Donald Trump para que tome sus resoluciones atendiendo únicamente la voz de Dios. Huckabee, antiguo pastor y reconocido aliado de la Casa Blanca, definió a Trump como “el dirigente más trascendental en un siglo” y le recordó con énfasis: “Solo UNA voz importa. La SUYA”.
El diplomático, quien también ejerce el ministerio pastoral, destacó que Trump estuvo “bajo la protección divina” durante el atentado en su contra el año pasado, y lo comparó con Harry S. Truman enfrentando decisiones críticas al final de la Segunda Guerra Mundial. “Las responsabilidades que llevas no desearía que las asumiera otro. Hay muchas voces alrededor de ti, pero solo UNA debe ser escuchada: la de Dios”, escribió Huckabee, al tiempo que reafirmó su promesa de mantener la bandera estadounidense ondeando en Israel “pase lo que pase”.
Este pronunciamiento coincide con el regreso anticipado de Trump desde el G7 en Canadá, donde analiza si sus tropas deben intervenir junto a Israel para hacer frente al programa nuclear iraní, que según informes estaría muy cerca de desarrollar armas atómicas. En declaraciones recientes, el mandatario aseguró buscar “un final real, no un alto el fuego”, y ha descartado acciones dirigidas a asesinar al líder supremo iraní, Muhamad Alí Jamenei, pese a que algunos en Jerusalén sostienen que esa medida podría poner fin al enfrentamiento.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió la ofensiva militar como un acto en “servicio de la humanidad”, destinado a neutralizar tanto el programa nuclear de Irán como sus más de 20,000 misiles balísticos. “Es la gran batalla del bien contra el mal. Estados Unidos debe estar de nuestro lado, y celebro profundamente el respaldo de Trump”, afirmó Netanyahu en un comunicado oficial.
Frente a este escenario cargado de presiones diplomáticas y riesgos bélicos, Huckabee concluyó apelando a la enseñanza bíblica sobre la sabiduría y la paz: solo en la guía divina, por encima de cualquier interés humano o político, puede hallarse el verdadero camino para proteger a las naciones. Su exhortación resuena hoy como un recordatorio de que, más allá de las estrategias y alianzas, “la única voz que aporta claridad y esperanza en tiempos de crisis es la de Dios”.